A menudo, separamos la Ciencia de cualquier otra disciplina o Arte y renegamos de todo aquello que no sea “científico”.
Ervin László, doctor en Filosofía de la Ciencia con varios doctorados Honoris Causa, ha sido nominado dos veces al Premio Nobel de la Paz y defiende la posibilidad de una realidad superior que puede estar incorporada al conocimiento científico.
Considera que “todo está conectado y nada desaparece”.
Es miembro de la Academia Internacional de Filosofía de la Ciencia, de la Academia Mundial de las Artes y la Ciencia y la Academia Internacional de Investigaciones de Sistemas y Cibernética y está considerado uno de los filósofos más respetados del mundo.
Junto a su faceta científica ha desarrollado otra humanista, fundando en 1993 el Club de Budapest, una asociación global de líderes de opinión de todo el mundo dedicada al progreso y evolución responsable de los valores éticos en la sociedad.
“Aunque a primera vista puede parecer que se trata de cuestiones totalmente diferentes, podrían estar todas ellas sutilmente relacionadas a través de la existencia de un campo cósmico de interconexión que conserva y transmite la información. Este misterioso campo que rodea a todo lo que se encuentra en el Universo y contiene toda la información, es algo conocido desde hace miles de años por las tradiciones orientales: el llamado campo akásico.
Este concepto, considerado hasta ahora como un simple mito por la ciencia occidental, está en los fundamentos de una nueva manera de entender la ciencia, que podría llevar a la formulación de la llamada Teoría del Todo, un empeño intelectual que uniría la física cuántica y la relativista, la biología y la mente, en una solución global para entender desde un punto de vista científico el mundo en que vivimos y todos los misterios que las diversas ciencias compartimentadas, ya sea la física, la biología, o la psicología, no son capaces de explicar.”
“La física cuántica y la biología evolutiva apuntan a la existencia de un campo cósmico de interconexión. Diversos experimentos indican la existencia de una subestructura en el vacío cósmico.
Por ejemplo, están los trabajos de Vladimir Poponin, del Instituto de Física bioquímica de La Academia de Ciencias Rusa, que encontró la existencia de las llamadas ondas de torsión fantasma al determinar que el campo electromagnético específico de una molécula de ADN expuesta a un rayo láser permanecía incluso después de que esa molécula fuese retirada.
La biofísica también apunta numerosos indicios de la existencia de este campo de información. Las relaciones de los genes, de las células y de organismos y especies con su entorno parecen asimismo estar influidas por un campo de información.”
Solamente hay una manera de navegar entre diversas opciones: entender la vida como una investigación y aplicar la curiosidad, la atención plena y la confianza en que aquello que encontremos será parte de nosotros.
Consigue gratis esta Guía para conocer uno de nuestros productos.
En 5 sencillos pasos conocerás y practicarás Mindfulness sin esfuerzo. Si es de tu agrado, no dudes en contactarnos. Gracias.


